Tener en cuenta cómo nuestros actos afectan a los demás, y expresar siempre cómo nos sentimos, es esencial para relaciones afectivas sanas
El equilibro entre tener en cuenta lo que piensan y sienten los demás y lo que pensamos y sentimos nosotros, especialmente si hablamos de las relaciones románticas, es complicado. No queremos ser egoístas, y pensar solo en lo que nos afecta a nivel individual, pero tampoco queremos volcarnos en la otra parte olvidándonos por el camino de nosotros mismos.
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